Amigas del Grupo

Siempre Scout

Ser scout es para siempre. Y, cuando decimos que es para siempre, no nos referimos a que tengas que estar toda la vida como scouter en el grupo, o prestando tus servicios en un cargo, o en el comité para ayudar en alguna tarea…

  • Decimos que es para siempre porque, con o sin pañoleta somos scouts.
  • Decimos que es para siempre porque lo que te ha enseñado el escultismo se queda contigo.
  • Decimos que es para siempre porque una vez hecha la promesa no se puede revocar.
  • Decimos que es para siempre porque aunque «hayas colgado las botas» las ganas de calzarlas no se van.
  • Decimos que es para siempre porque aún se te ponen los pelos de punta cuando empieza a sonar la canción de la despedida (llegado ya el momento…)

Y por muchas cosas así,
decimos la frase de «una vez scout, siempre scout».

Debido al curso de la propia vida, hay muchas razones de peso que nos impiden estar involucrados para siempre en un grupo scout. Pero aún así, queremos matizar la frase de una vez scout, siempre scout, porque aunque estas personas no estén de forma activa en el grupo, lo que han enseñado, lo que han aportado y lo que han inspirado estará siempre con esas personas a las que enseñaron, aportaron e inspiraron, las cuales ahora enseñan, aportan e inspiran a quienes enseñarán, aportarán e inspirarán a los y las siguientes. Y así.

Y por esto, queríamos dar las gracias. Como scouts, somos abnegados, pero eso no nos impide dar las gracias a las personas que han puesto su gota de agua para alimentar el árbol que es ahora nuestro grupo.